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La charla prepartido

Cada entrenador tiene su forma personal de llevar a cabo la charla típica que se suele dar antes del inicio de un partido, indudablemente todas las estrategias que se usen pueden ser buenas (el entrenador es quién mejor conoce a sus jugadores), no existe un modelo milagroso que resulte la panacea que resuelva las circunstancias de cada partido.

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Cada entrenador tiene su forma personal de llevar a cabo la charla típica que se suele dar antes del inicio de un partido, indudablemente todas las estrategias que se usen pueden ser buenas (el entrenador es quién mejor conoce a sus jugadores), no existe un modelo milagroso que resulte la panacea que resuelva las circunstancias de cada partido.

Las charlas pre-partido denotan claramente el carácter del entrenador y su personalidad, sus angustias, sus convicciones, su saber estar, su conocimiento del fútbol y de los contrarios; sus mentiras, sus verdades, su capacidad de comunicar y de convencer, su estilo embarullado, la capacidad de ser inoportuno o de mostrar plena confianza.

Hay entrenadores que hablan poco entre semana y quieren, el día del partido, en una charla maratoniana, que sus jugadores asimilen todos los matices tácticos y estratégicos del partido que van a jugar dentro de unos pocos minutos. Claro que hay estilos. En las charlas prepartido, los hay que aprovechan para generar motivación aunque otros muchos generan motivación negativa. Empiezan a dar tanta información de las virtudes del equipo contrario que sus propios jugadores acaban sobrevalorando en exceso al rival y salen asustados al campo. Esta fórmula se vuelve en contra del propio equipo y de sus futbolistas. Lo mejor es ser equilibrado, se debería aprovechar para reforzar las virtudes de tu propio equipo, no martirizar con lo bueno del contrario y minimizar este impacto. Sin eludir la información objetiva del rival. Antes del partido, lo mejor es limitarse a dar telegramas, mensajes cortos fáciles de retener, consignas livianas, recordatorios de lo trabajado en la semana de entrenamiento, impactos positivos.

El entrenador Kovacs, en su libro “Fútbol”, nos habla de su etapa en el Ajax de Cruyff. Incluso llega a concretar que sus charlas prepartido no duraban más allá de diez minutos. Y los mensajes eran cortos, concretos, adecuados al nivel de entrenamiento realizado. Así debe ser pues lo que no se haya entrenado durante la semana, o en meses anteriores, no se puede asimilar en una hora de charla. Otro entrenador veterano, Scopelli, opinaba también que la charla prolongada no sólo mortifica al jugador sino que en lugar de aclarar las cosas llega a complicarlas más. El jugador te “oye” pero no te “escucha”.

La mirada perdida al frente, a todo dicen que sí incluso si les citas la pena de muerte… Con lo que hemos llegado a la “horterada” moderna donde, a un jugador que va a entrar en el campo de juego a sustituir a un compañero, le presentan un manojo de papeles con gráficos y esquemas, o una pizarra pequeña llena de signos y flechas, dándole consignas a toda velocidad… Ni la experiencia les ha enseñado a muchos entrenadores que no se puede aprender por el oído lo que no se ha conseguido asimilar por la práctica. La comunicación esquemática de los entrenadores es el mejor regalo que le pueden hacer a sus jugadores.

En el fútbol también se utiliza a veces con éxito. Palabras como “pica”, “rompe”, “cuerpo”, “de memoria”, “plomo”, “sin faltas”, “a tu espalda”… No deja de ser una jerga que acaba generalizándose en los equipos, utilizada por muchos entrenadores, y que no aparecen en los diccionarios al uso. Vamos a descifrar algunos: Picar = Esprintar, correr en velocidad; Romper = Desmarcarse en velocidad a una zona libre de defensores, generalmente por delante del que lleva el balón; Cuerpo = Proteger el balón interponiéndose entre él y el contrario; De memoria = Centrar sin mirar, intuyendo las posiciones de los compañeros y contrarios a su espalda; Plomo (Puerta, aire, no perdones…) = Disparo intenso a puerta contraria; Sin faltas = Presionar ordenadamente, temporizando, esperando más el fallo del contrario o la ocasión de entrar con ventaja al balón con el afán de quitarlo limpiamente…; A tu espalda = Indicación de apoyo en la jugada a un compañero que no puede verte y debe temporizar hasta que se entre en su radio de visión; Etcétera. Contra lo que se pudiera pensar, la concentración es una cualidad escasa y debemos reconocer que los jugadores se distraen más de la cuenta acerca de las cuestiones tácticas.

Por eso, una nueva insistencia de que el aprendizaje habrá que dejarlo para los entrenamientos y no para los minutos precedentes al partido. Es obvio que se deben de tener en cuenta una serie de factores:

1) La fase de la temporada que estemos jugando (pretemporada, fase regular, play-offs, etc.).
2) La categoría a la que entrenamos.
3) Las características psicológicas del grupo que dirigimos tanto de forma individual como colectiva.
4) El entorno que rodea a cada partido: -Importancia del partido -La racha de resultados que llevemos -Si hemos entrenado bien o mal durante la semana -El conocimiento del rival -La repercusión del encuentro en los medios de comunicación. -Etc.

En función de todos estos factores enfocaremos nuestra charla, pero además se hace determinante saber temporalizarla desde dos vertientes:

1) Saber elegir el momento más adecuado. Si en el hotel o lugar de concentración, si el mismo día del partido, si el día antes, si en el vestidor horas antes del inicio del partido, etc.
2) Establecer la duración de la charla…..Debe ser entre 10 y 20 minutos máximo dependiendo del partido, una duración mayor puede atiborrar excesivamente de contenidos a los jugadores y dispersar demasiado sus ideas y una duración menor quizás no logre la mentalización adecuada.

ENFOQUE

Nos centraremos fundamentalmente en el aspecto mental y en el aspecto táctico (individual y colectivo), sin olvidar nunca la importancia de un buen calentamiento (aunque esta misión la dejaremos en manos del preparador físico).

1.-ASPECTO MENTAL Para mí quizás sea lo primordial en esos momentos, trataremos de predisponer psicológicamente al jugador para tratar de adaptarse y tratar de afrontar todas las situaciones posibles del juego que se le puedan presentar durante el partido desde el punto de vista psicológico y emocional. Este aspecto es aconsejable tratarlo especialmente al principio y al final de charla buscando la motivación previa y la motivación final antes de salir a la cancha.

Se puede empezar la charla dando unas normas globales, pocas pero claras, breves y concisas, considero que es importante empezar por ellas, ya que al inicio de la charla el jugador no ha centrado totalmente su atención en la misma, poco a poco va conectando y progresivamente aumenta su nivel de atención, en esa curva ascendente si intuimos que entra en un umbral máximo de atención es cuando debemos enfatizar los detalles concretos y específicos que mas nos interesen. Estas normas globales son: 1)

Concentración: Durante los 90 minutos tanto en campo como en el banco de suplentes.

2) Intensidad: Ser siempre agresivo, intenso y constante en el juego.

3) Equipo: las individualidades al servicio del grupo. 4) Disciplina táctica: Buscamos todos los mismos objetivos, jugamos a lo mismo, desarrollaremos la iniciativa y la creatividad pero en base a unos fines.

5) Ritmo de juego.: Tener claro cuál es el que nos interesa. Para el final de la charla, se intenta conseguir una mentalización en la que se Se pueden hacer por ejemplo dos reflexiones:

1) Recordar algo específico del partido (valor de mismo, motivación para ganarlo, familia, compañeros, club, afición, etc.)

2) Una frase final con tono enérgico y motivador.

2.-ASPECTO TÁCTICO En la charla se debe cuidar todos los detalles del juego, la diferencia está en los detalles, en el esquema-guión que van a desarrollar, pero puede que en un determinado partido obviemos alguno de ellos en la charla (Ej.: Si sabemos que el rival nunca presiona, entonces no perderemos el tiempo en hablar de la salida de presión).

En ocasiones tampoco es necesario abordar absolutamente todos los detalles y si repasar los básicos: concepto táctico general, balones parados a favor y en contra (saque inicial, tiros de esquina, tiros libres, saque de la portería y saques de banda tanto a favor como en contra).

Será por tanto función del entrenador definir y delimitar que aspectos del esquema-guión se abordarán con mas o menos amplitud y cuales ni siquiera se tocarán. El esquema-guión es puramente orientativo y cada entrenador lo desarrollará en detalles y amplitud a la conveniencia de cada situación y a su impronta personal.

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