El futbolista-atleta y el ‘entrenamiento invisible’

La nutrición se ha convertido en un elemento de primera necesidad en el deporte de elite. El fútbol no escapa de esta exigencia y la planificación deportiva de casi cualquier equipo confirma esta afirmación. Cada vez más, los clubes incorporan en sus equipos técnicos a nutricionistas, endocrinos y médicos del deporte, que coordinan el estado alimenticio de sus jugadores. Cuando un futbolista padece una lesión, los médicos establecen su gravedad y un tiempo de recuperación y los fisioterapeutas y preparadores físicos, la planificación posterior. De la misma forma, algunos equipos han decidido introducir en su estrategia deportiva el entrenamiento físico y la alimentación personalizados.

En el fútbol español, el pionero de la dieta específica fue el Sevilla. A mediados de 2004, el equipo sevillano incorporó en su grupo de trabajo médico a Antonio Escribano, endocrino y médico del deporte. Junto con el doctor Guitiérrez y el preparador físico Ramón Orellana dieron los primeros pasos de una auténtica revolución dentro del fútbol nacional. La premisa es sencilla: «no todos quemamos las mismas calorías en reposo o en activo; un futbolista no debe comer lo mismo que un atleta, ni tampoco un mediapunta necesita el mismo aporte de calorías que un portero». Sencillo y brillante. En aquel momento, Escribano aseguraba que a cada jugador del Sevilla se le había realizado «un estudio para saber cómo queman las calorías tanto en reposo como entrenando o jugando y vamos a ajustar qué cantidad de comida y qué comida necesita cada uno para rendir mejor».

«El cuerpo es una máquina que si está al cien por cien rinde perfecta y con lo contrario sólo se perjudica». El médico del Sevilla FC calificó este avance como «entrenamiento invisible». El futbolista del futuro es el futbolista-atleta y cualquier jugador de gran nivel debe compartir y trabajar en esta nueva filosofía: entrenamiento físico-entrenamiento táctico y técnico-entrenamiento invisible.

Para Antonio Escribano, la fatiga es la causa de la mayoría de los elementos que perjudican la carrera profesional de un jugador, sobre todo las lesiones. La causa: mala alimentación, sobrepeso, hipohidratación, falta de descanso y malos hábitos de vida. Hace unos años, los entrenadores que entendieron la necesidad del control alimenticio de sus jugadores recibieron calificativos sorprendentes. Rafael Benítez, entrenador del Liverpool, o Joaquín Caparrós, del Deportivo de la Coruña, supieron apreciar las ventajas reales del entrenamiento invisible. Dos entrenadores españoles que han encontrado apoyo para sus resultados en la medicina avanzada.

En la actualidad, Antonio Escribano colabora también con el Deportivo de la Coruña, tras el fichaje de Joaquín Caparrós por el equipo gallego. Si pensamos qué dos equipos en estos momentos se encuentran en un estado de forma físico superior al resto de clubes de primera división, seguramente el Deportivo y el Sevilla están un punto por encima del resto. Otros equipos a nivel internacional también han encontrado las ventajas propias de la alimentación personalizada, el seguimiento médico y el entrenamiento personal. Un ejemplo interesante es el Milán y el desarrollo del Milan Lab. En España, algunas noticias delatan la falta de preocupación por parte de algunos clubes de los aspectos del entrenamiento invisible (los jugadores se autoimponen su propia dieta o comen lo que quieren).

Juan F. Cía. Debates. Notas de Fútbol.