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La Milla extra

El único medio cierto de triunfar es rendir más y mejor de lo que se espera de ti. Éste es un hábito seguido por todas las personas de éxito desde el principio de los tiempos. Por el contrario, el camino más seguro para la mediocridad es realizar solamente el trabajo por el que se te contrata.

Creo mucho en la milla extra.

Liderar con el ejemplo, debemos hacerlo nosotros antes.

Lo hace cuando pone pasión y dedicación, cuando se esmera en poner lo mejor de sí, cuando no sale solo a pasar por el entrenamiento, sino a lograr la excelencia en el mismo.

Debemos inspirar a los jugadores la pasión por lo que ellos están haciendo es una parte esencial de dirigir o entrenar un equipo.

El jugador debería pensar “Ahora mi esfuerzo influye sobre todo el equipo así que debo esforzarme más”. Si todos los jugadores piensan así nos encontraremos con una situación en la que su esfuerzo conjunto será mayor que la suma de los esfuerzos que los individuos hicieron cuando actuaban solos.

Buscar y provocar el musculo de la “cabeza” y estimularlo con esa carga (objetivo) de la importancia del esfuerzo y el “sobre” esfuerzo.

A pesar de y no por culpa de.

La condición física es la clave para el éxito en el futbol moderno. Zinedine Zidane.

La milla extra consiste en hacer un esfuerzo adicional, suplementario más allá de lo estipulado.

La esencia es que, si somos capaces de dar siempre un poco más de aquello que se nos pide todos los días, estaremos rebasando nuestros límites y superando las expectativas que otros poseen de nosotros y sobre nuestra capacidad.

Siento que es una de nuestras múltiples tareas como entrenadores el fomentar y crear el hábito a ese esfuerzo extra, a esa dedicación, a mis necesidades y requerimientos físicos, a ese mejoramiento, a ese repaso del error, a ese crecimiento de lo que me sale bien.

Tareas de carácter general o específicas y desafiantes del control de la carga, apuntando también a lo volitivo.

El placer de sentirte mejor, de crecer y mejorar te hace olvidar la fatiga.

Donde termina el esfuerzo comienza el fracaso.

No suscribo el “talento innato”, creo más en el “desarrollo del talento” a partir del esfuerzo, el aprendizaje, el trabajo y la preparación continuada. El talento es la consecuencia de sumar a una buena predisposición mucho trabajo, aprendizaje y entrenamiento.

Uno es todo lo bueno que entrena.

Para ganar una vez se necesita talento, para ganar muchas veces se requiere carácter y constancia.

Creo en primero la imposición después en el convencimiento, como metodología.

Siempre se puede más y se deberá dar más.

Desafía tus límites, expande tu mundo, crece, mejora, avanza. Cuando hay determinación las posibilidades son muchas.

Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos llegar a ser.

Entrenar como la mayoría no quiere para jugar como la mayoría no puede.

Los resultados que consigues estarán en proporción directa al esfuerzo que aplicas. 

¿Qué necesitas para recorrer la milla extra?

Pasión: para mi es el motor principal que te mueve hacia tus metas. ¡Cuando amas lo que haces y te apasionas por ello, nada te detiene! ¡Es una fuerza más grande que el cansancio y el estrés, no ves obstáculos invencibles! ¡No te para nadie!

Compromiso: el compromiso es el complemento perfecto de la pasión, es cuando estás dispuesto a hacer lo que sea necesario por alcanzar tu objetivo. Es aquello que te mueve a convertir tus promesas en una realidad. Es lo que te pone en acción hacia tu meta, es hacer el tiempo cuando no lo tienes.

Enfoque: en el camino hacia tus metas hay miles de distracciones de por medio. El tiempo no te alcanza, las responsabilidades, la familia, tus propias dudas. Sin embargo, cuando tienes tu objetivo en mente, lo visualizas y te enfocas solo en aquello que quieres, las distracciones van pasando por debajo de ti. Tu propia mente las va desechando automáticamente. Así que mira directo a tu objetivo por tu foco de atención en él.

La autoconfianza le hace poner más de su parte en todo. De su autoconfianza dependen el tiempo y el esfuerzo que están dispuesto a invertir. Un jugador que cree en sí mismo estará dispuesto a hacer un esfuerzo extra cuando todos los demás jugadores estén cansados y esperando que piten el final del partido. Muchas veces este esfuerzo supone la única diferencia entre la victoria y la derrota.

También lo podemos incorporar al deporte y los estudios.

La milla extra entre el balón y los libros.

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