Situación desesperada

Señoras y señores, llama la atención el hecho de ver en un periódico una carta abierta dirigida al Presidente de la República, al Secretario de Gobernación, al Congreso de la Unión, de milagro a la Federación Mexicana de Futbol, a los presidentes de los equipos, al gobernador del Estado de Querétaro, a los directivos de Gallos Blancos y a los aficionados al futbol.

Es tal la desesperación del equipo de Querétaro, que en nombre propio y en el de muchos aficionados, que piensan igual que ellos, se dicen heridos por los recientes y descarados atracos de que ha sido víctima el equipo por arbitrajes visiblemente cargados a favor de los rivales.

Ya lo comentábamos hace unos días y se lo decíamos directamente a Aarón Padilla, o toma cartas en el asunto o ya se le fue de las manos. Sí, ha habido errores, los hay cada semana, pero da la impresión de que todo error, toda amenaza, todo rumbo perdido del arbitraje va contra el Querétaro y es un olor sospechoso. Y cada semana existe el temor de que la verdad se descubra y desemboque en una realidad incómoda: mandar al Querétaro a Primera A.

¿Por qué? Porque otros equipos tienen más peso, porque tienen patrocinadores más poderosos, porque son parte fundamental de la mercadotecnia del futbol, porque es más fácil deshacerse de una franquicia aparentemente pequeña que está empezando a surgir, que de una franquicia mucho más sólida y mucho más apoyada.

Se quejan de que los arbitrajes han sido tendenciosos, sucios, vergonzosos, abusivos, inmorales y se sienten atracados por lo forma en que ha sido tratados, por los famosos tres puntos que les quitaron por no cumplir con la alineación de los novatos. Total, que los Gallos Blancos del Querétaro sufren y sufren mucho, hablan de trampas y de transas, en lugar de honor y apego a la legalidad. Esto es muy serio porque así se van recordando enredos, cosas que han pasado, no de ahora sino de mucho tiempo en el futbol de México.

Los casos más recientes son los del Atlante, que tenía que haber bajado a Primera A y armó todo un escándalo, pagó un dinero y nunca descendió; Jaguares en algún momento iba para Primera A y los dueños del equipo de aquel entonces compraron al árbitro y se salvó en ese partido.

Pero el Querétaro por lo visto no tiene por dónde defenderse de los atropellos de que es víctima por parte de la Comisión de Arbitraje y los árbitros. Si Aarón Padilla no puede hacer nada, mejor que renuncie, porque cuando hay una carta abierta el asunto se torna grave.

Por supuesto que las autoridades gubernamentales no van a tomar el caso porque la Federación Mexicana de Futbol es una asociación civil, pero las cámaras de diputados y senadores sí podrán proponer un estudio de la legislación mexicana para que se someta a control el negocio de la Federación Mexicana de Futbol, que se maneja en forma por demás sospechosa. Tampoco es nuevo eso, es muy viejo.

En la Federación Mexicana de Futbol hay personas buenas, malas y mafiosos de muchos años; como todo e igual en el futbol, hay gente de buena fe y de mala fe; hay gente que invierte en él como un pasatiempo para el público y hay gente que invierte para hacer negocios descarados con promotores que ganan muchísimo dinero y después se van a vivir al extranjero. Ya vimos lo que se destapó en Italia, un caso fuertemente castigado por las autoridades. Esperemos que en México no se llegue a ese extremo pero vamos por ese camino; barras pagadas por los clubes que niegan todo, arbitrajes descarados contra un equipo para destrozarlo, entre otras cosas.

Es el mismo camino, digan lo que digan, de lo que pasa en otros países mucho más avanzados futbolísticamente que el nuestro, como Italia, Argentina, Inglaterra, Alemania. A ver qué sucede, pero haces algo o te vas, Aarón Padilla.

Por José Ramón Fernández