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El talento no es suficiente

A finales del año 2007 (según Wikipedia) había en España casi 700.000 futbolistas federados (exactamente 697.195 futbolistas) lo que le convertía en la federación deportiva de España con mayor número de licencias.
Sabiendo que en primera división sólo existen unas 500 licencias por año. Esto equivale a que sólo un 0,07% de los futbolistas federados juegan en la máxima categoría. Exactamente por cada 1.394 jugadores federados hay uno que juega en primera. Esto equivaldría a 77 equipos de futbol de 18 jugadores para encontrar a un chico que finalmente llegara a primera división.
Por poner otro ejemplo más visual si llenáramos el Nou Camp de futbolistas federados de los 90.000 espectadores/futbolistas sólo habría 65 que llegarían a primera división.

Desde temprana edad la mayoría de los niños comienzan a patear una pelota, ya sea porque ellos sienten curiosidad y atracción por el balón, o porque son sus padres quienes los inducen en esta actividad lúdica.
Sin embargo, el camino que luego deben recorrer para llegar a la tan deseada meta se va de a poco haciendo más complejo, generando que solo unos pocos lleguen a las divisiones mayores. (Según estadística año 2000, solo dos futbolistas que se inician en novena división llegan a una primera división A, B o C)

Obstáculos a sortear en el camino

• No siempre el talento deportivo perdura a lo largo de la infancia y adolescencia:
Existen casos de niños que empezando a jugar al “baby fútbol” se convierten en estrellas de puro talento durante la infancia. Sin embargo, no todos ellos tienen la capacidad de sostener sus destrezas deportivas a lo largo del camino de las divisiones inferiores. Muchos son los que quedan en el camino, ya sea porque no conservan el talento que tenían durante la infancia o porque “jugar con una pelota” no es lo mismo que comprometerse con una carrera deportiva, donde uno debe “renunciar” a muchas cosas.

• La adolescencia es una etapa clave para decidir entre una carrera futbolística profesional alguna disciplina académica u otro oficio:
Según datos estadísticos, se dice que la adolescencia es la etapa del ciclo vital en donde hay mayores abandonos en el deporte. Este sería un momento clave no solo en la formación y consolidación de la personalidad sino también en la elección vocacional. Aquí es en donde el futuro jugador de fútbol entra en un dilema: si seguir con su carrera deportiva teniendo que resignar situaciones propias de un adolescente o si dedicarse a hacer lo mismo que el resto de sus pares.

Transitar la etapa de las divisiones juveniles significa que el deportista predique valores como la perseverancia, el sacrificio, la disciplina y el trabajo constante.
Muchas veces, los adolescentes se caracterizan por predicar valores como la incoherencia, la fragilidad emocional, las dudas y la rebeldía típica y normal de dicha etapa de la vida.
Es por eso que la decisión de seguir una carrera hacia el fútbol profesional implica hacerse cargo de muchas cosas así como también resignar otras.

• La disponibilidad económica:
Muchos jugadores de fútbol provienen de familias de clase media-baja, careciendo de disponibilidad económica para los viáticos.
Esta situación implica que, viajar a los entrenamientos y trasladarse del club a sus casas muchas veces provoca que a la corta o a la larga los deportistas tengan que abandonar sus prácticas deportivas.

Si bien la mayoría de los jugadores de divisiones inferiores, en la actualidad, posee alguna figura (representante), intermediario o empresa que les brinde algún tipo de ayuda, no siempre disponen de plata suficiente para viajar hacia sus clubes a entrenar diariamente.
Siendo que la inconstancia en los entrenamientos hace que queden afuera de su equipo o ellos mismos terminen abandonando la práctica deportiva.

• Sostener la motivación a lo largo de la etapa de las divisiones inferiores:
Para llegar al fútbol profesional es fundamental poder mantener una alta motivación a lo largo de todo el proceso deportivo hasta llegar a una primera división, ya que no solo el talento es factor clave para alcanzar el profesionalismo.
Variables como la perseverancia, la voluntad, la disciplina en el entrenamiento y tener metas claras favorecen al futuro jugador a no quedarse en el camino.

Durante todo el proceso de las divisiones inferiores son muchos los obstáculos que hay que sortear: diferentes estilos de director técnico, cambios de horarios en los entrenamientos, estudiar y jugar al fútbol simultáneamente, sacrificar salidas con amigos, etc. De ahí, que una alta motivación es un motor importante de energía para poder permanecer en el camino hacia la alta competencia.
Como conclusión para todos aquellos jóvenes que se inician en el camino del fútbol sepan que nada es imposible pero que indudablemente todo lo mencionado anteriormente es de vital importancia a la hora de comprometerse con una carrera deportiva.

Los chicos que parten de niños lejos de su casa en busca de un futuro profesional como deportista de élite no suelen durar mucho. Muy pocos, no deben llegar ni al 10%, los que llegan a profesional. Menos aun los que realmente triunfan. El resto sacrifican la infancia para nada. No se es consciente de los mucho que puede variar el desarrollo de una persona desde los 8 o 9 años tanto física como psicológicamente. Después del fracaso solo suele quedar frustración, un chico sin formación y unos padres que se han perdido, literalmente, la infancia de su hijo.
Decidir que un hijo abandone el hogar para irse a vivir lejos debe ser muy duro. Si además lo hace a edades tempranas imagino que lo es aún más. Cuestionar a aquellos que no lo permiten es de una gran frivolidad. Intentar comprar su permiso con falsas promesas y dinero me parece casi delictivo.

Nosotros como entrenadores debemos procurar que el joven tenga siempre ganas e interés en la actividad deportiva.
Uno de los principales problemas es el abandono ya sea temporario o definitivo.
Al mínimo síntoma de falta de interés, de concentración, etc. Hay que darle la importancia que se merece y no dejarlo pasar.
Algunos de los factores que ocasionan ese abandono deportivo son:

• Falta de tiempo.
• Preferencia por otras actividades.
• Pereza por la práctica deportiva.
• No cumplimiento de sus expectativas.
• Influencia de aquellos que lo rodean
• Problemas con los entrenadores.
• Lesiones habituales o recaídas.

Cuántos niños que reuniendo todas las condiciones para ser futbolistas pierden la ocasión por el camino? Cuántos jugadores destacan en categorías de fútbol base y más tarde desaparecen?

Temporada tras temporada vemos como una gran cantidad de pequeños futbolistas que destacan en sus equipos que, aparentan ser elegidos para triunfar en este deporte, no consiguen finalizar su meta. Llegada la edad adolescente muchos chicos de talento dejan el fútbol, solamente unos pocos consiguen entender que para llegar a lo más alto es necesario cuidarse y esforzarse mucho. Debemos dejar de lado el trasnochar los días antes del partido y no fallar a los entrenamientos. Mis contrincantes y compañeros que si han descansado y entrenado tendrán más posibilidades.
Multitud de jugadores menos talentosos, pero más profesionales, son capaces de entender este deporte, asimilando que para llegar, primero hay que sufrir y renunciar a muchas cosas.

Los entrenadores avisamos a nuestros alumnos de que esta oportunidad deben aprovecharla, que probablemente no tendrán otra pero, a veces, es complicado convencerlos. Para ello, es indispensable una formación deportiva adecuada, en la que el joven adquiera los conocimientos básicos del significado de esta profesión y lo que conlleva dedicarse a ella. Porque el talento que no se aprovecha se pierde.

Por qué grandes talentos del fútbol se quedan por el camino o no cumplen con las elevadas expectativas creadas a su alrededor? Por qué promesas que se tenían que comer el mundo no convencen del todo? Por qué aquel jugador que maravillaba, con una técnica exquisita y con un físico portentoso no termina de funcionar? ¿Por qué, en cambio, chicos que no fueron ni de lejos los mejores de alevines e infantiles acumulan títulos y temporadas en la élite? Por qué jugadores con menos condiciones se convierten en emblemas? El mundo de la alta competición (y más en deportes de primer nivel) es muy complejo. Un mundo donde cada muchacho vive rodeado por un cúmulo de circunstancias que le pueden catapultar hacia la cima o empujar hacia el centro de la nada. El físico, la mentalidad, el entorno y la competencia directa dentro de sus equipos son algunas de las coordenadas que se combinan para que un diamante en bruto o se pula o no brille nunca como parecía.

Pep Marí, jefe del departamento de Psicología del CAR de Sant Cugat, desmenuza la cuestión de porque a veces el talento no es suficiente y porque, en algunos casos, no se exprime a fondo esta cualidad. Lo primero que afirma Marí es “que el talento no lo es todo”. Y pone como ejemplo un libro del periodista del The Washington Post Malcom McDowell que se titula Los fuera de serie. En esta obra se llega a la conclusión de que el éxito es la combinación de cuatro factores: el talento, el trabajo, la oportunidad y la herencia. Por oportunidad se entiende estar en el lugar adecuado en el momento preciso. Y por herencia todo el bagaje físico y cultural que ha aprendido la persona por el solo hecho de ser hijo de quien es y haberse criado y educado de la manera que lo ha hecho. Marí hace hincapié en que “sólo el trabajo depende del propio individuo. El resto vienen dados. En otras palabras, llegar no depende sólo del deportista (por talentoso que sea) y no depende solamente del talento (juegan tres factores más)”.

“El carácter es más importante que el talento”. Sin un determinado carácter el talento no se podrá desarrollar. Hace falta que la persona persista en el esfuerzo, sea humilde, tenga autonomía, espíritu crítico y una fuerte dosis de paciencia. Todos estos ingredientes cocinarán el talento y permitirán que se manifieste en el momento más necesario”.

Otro aspecto fundamental que subraya Marí es el de los condicionantes psicológicos del rendimiento. Para él son cuatro. El primero, “poder aprender, es decir tener una forma de funcionar sana y un entorno inmediato que no interfieran en el rendimiento”. El segundo, “querer aprender, tener bien claros los objetivos que se persiguen y pagar todo el precio que valen, en cuanto a renuncias, sacrificios y esfuerzos”. El tercero, “saber aprender, no buscar excusas para poder fallar, sino soluciones para poder acertar”. Y el cuarto, “saber demostrar todo lo aprendido, saber competir manteniendo la concentración y tolerando la presión de la competición”. “Por más talento que puedas tener sino reúnes estas condiciones nunca podrás llegar a tu límite”,

Motivos del fracaso

• No tolerar la presión
• Falta de compromiso o perder de vista la verdadera prioridad del deportista profesional (su preparación deportiva)
• Muchas creencias rígidas y que limitan
• No reconocer los errores o falta del hábito de analizar los errores
• Falta de objetivos u objetivos poco ambiciosos
• Una personalidad con tendencia a complicarse la vida
• Padres que presionan en exceso a sus hijos
• No saberse marcar objetivos y planes de acción para alcanzarlos.

Lavanguardia.com, jugadoreslibres.com.ar, albertserrano.com, rubensvalenzuela.com.

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