Rubens Valenzuela, Preparación Física en el Fútbol Entrenamiento deportivo, artículos sobre preparación física en el fútbol, trabajos prácticos.
Todos se quieren salvar como sea. Ruggeri asumió en San Lorenzo y le apuntó al técnico anterior. Lo mismo hizo Simeone en Racing. Merlo ya había sufrido la «rebelión» de los jugadores de River y se tuvo que ir.
Estos y otros ejemplos demuestran que están perdiendo vigencia los históricos «códigos de vestuarios.» Por Joaquín Finat, de la Redacción de Clarín.com.
En el fútbol argentino, los códigos son palabra santa. ¿O lo eran? Además de los cambios tácticos, de la innovación tecnológica, de la inclusión de más suplentes y otras yerbas, algo nuevo está surgiendo: echarle la culpa al otro. La nueva moda. ¿Se imaginan a Basile criticando al cuerpo técnico anterior? Ni hablar de Mostaza Merlo. O Chiche Sosa. Tipos ellos que llevan el código en la piel.
Que prefieren callar antes que dejar mal parado a un colega, más allá de lo que piensen. ¿Se perdió el respeto? ¿El objetivo es salvarse sin importar cómo? Parece.
Ahora parece que cada vez que asume un entrenador tiene la excusa perfecta cuando los resultados no lo acompañan: el flojo estado físico que heredan del cuerpo técnico anterior. Pasó en River, San Lorenzo y Racing, tres grandes instituciones. ¿No debería solucionarse puertas adentro? «Cuando uno asume la responsabilidad de hacerse cargo de un plantel tiene la obligación de trabajar para mejorarlo.
No comparto estos nuevos artilugios de culpar a otros. Además, nadie los obliga a agarrar y, cuando llegan saben a dónde llegan», dice Ricardo De Santis, preparador físico de Quilmes. Tras la derrota de Racing ante Boca, Diego Simeone, flamante DT de la Academia, comentó en los vestuarios que «no quería romper ciertos códigos». Sin embargo, los rompió y le pegó al Teté Quiroz y su equipo.
El Cholo decía que sus jugadores no estaban dando todo de sí, que apenas pueden jugar y aguantar durante 50 minutos y que «no nos podemos esconder en una realidad». Una realidad que él mismo vivía hace apenas tres fechas, cuando era jugador del mismo Teté. ¿Se dio cuenta de esa falencia desde afuera del campo de juego?
Oscar Ruggeri arrancó con todo su segundo ciclo en San Lorenzo. Fue debut y triunfazo en La Bombonera ante el Boca campeón. Pero ese partido dejó como saldo dos lesionados: Montero, que salió a los 3 minutos, y Cardozo, que se quedó en los vestuarios en el entretiempo. Pero El Ciclón ganó y todo fue alegría. Apenas una semana más tarde, con la mayoría de los jugadores que derrotaron a los de Basile, San Lorenzo no pudo con Central en el Nuevo Gasómetro. Encima, en la última jugada del encuentro, Lavezzi se resintió de un dolor muscular.
Y en la conferencia de prensa, El Cabezón salió con los tapones de punta. «Que haya tantos lesionados no es casualidad. Hablen con la gente que tienen que hablar, ustedes saben quiénes son», tiró. La referencia tácita era para el cuerpo técnico que encabezaba Gustavo Alfaro. Pero no quedó todo allí. Porque días después, Rafael Savino, presidente azulgrana, le contestó al director técnico. «No me gustó lo que dijo, hay códigos que se respetan».En River el veranito dejó lo suyo.
Renunció sorpresivamente Mostaza Merlo porque «no transo con nadie, cuando dirijo mando yo». Al otro día, Daniel Passarella agarró la manija. Con la Copa Libertadores com objetivo principal pero con el Clausura a la vista, el Kaiser prefirió hacer uso de la rotación de sus jugadores. Aún así, aclaró que «River no se preparó para los dos torneos como debería haberlo hecho un club grande. Fueron las circunstancias», expresó. ¿Todo tiempo pasado fue mejor? ¿La necesidad tiene cara de hereje? ¿O simplemente un desliz?
Manual de lo prohibido En el mundo fútbol hay cosas que caen muy mal. ¿Cuáles? Pase y vea:
1) No festejar un gol ante tu ex equipo. Que lo grito, que no lo grito. La duda de siempre que pasa por la cabeza de los jugadores. Antes era una fija que estaban vedados los gritos a la ex camiseta. Hoy, en cambio…
2) No verás la caída de un colega. Un técnico tambalea y por arte de magia aparecen en las tribunas otros entrenadores desocupados. ¿Haciendo qué? Dicen que “viendo” fútbol. ¿O mostrándose por si los llaman?
3) No ventilar temas internos. Lo que se habla en el grupo es un secreto de estado, dicen. Pero… siempre aparece un boca larga que cuenta un “tirón de orejas del técnico” o una “pelea entre pesados”.
4) No cancherear cuando vas goleando. Ese caño tribunero o esa rabona innecesaria, cuando el rival está en terapia intensiva, está muy mal visto. Perdonar a la “víctima”, es la regla.
5) No “encanar”. Otra escena repetida: un rival comete una infracción y, desde el piso, el damnificado, todavía “dolorido”, se levanta como puede y le pide al árbitro que expulse a su verdugo.
6) No festejar goles en contra. Viene un centro cruzado, hay mil pifias dentro del área y el marcador central quiere rechazar. Pero la clava en su propio arco, mientras el delantero rival sale corriendo con los brazos en alto y el grito de gol en los labios.
7) No discutir entre compañeros. Adentro del vestuario todo, afuera nada. Es común las recriminaciones entre jugadores de un mismo equipo. Los arqueros son especialistas en esta materia.
8) No hay figuras individuales. Cae como una bomba de tiempo cuando un fulano se despacha con frases autoelogiosas. Siempre, pero siempre, la estrella es el equipo, por más que la realidad indique lo contrario.
9) No ocupar roles que no correspondan. Los pibes de hoy en día dicen y hacen según les dé la gana. A veces, los mayorcitos no ven esto con buena cara.
10) No agradecer a un compañero. Un mal de los goleadores. El enganche dejó a tres en el camino, se rompió el alma para dejarlo solo y éste, casi debajo del arco, la empuja adentro. ¿Con quién va a gritarlo? De cara a la tribuna, muy lejos de sus compañeros y ni hablar del olvidado enganche.
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