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La psicología del deporte en la formación de futbolistas

Al hablar de Psicología aplicada al deporte, normalmente se piensa en deporte de alto rendimiento, en trabajar en futbol de 1ª división, con deportistas olímpicos o en los máximos organismos y federaciones deportivas, pero, ¿es realmente éste el espacio y el lugar donde mejor se puede trabajar y más pueden aprender los deportistas? Probablemente la respuesta es no.
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Al hablar de Psicología aplicada al deporte, normalmente se piensa en deporte de alto rendimiento, en trabajar en futbol de 1ª división, con deportistas olímpicos o en los máximos organismos y federaciones deportivas, pero, ¿es realmente éste el espacio y el lugar donde mejor se puede trabajar y más pueden aprender los deportistas? Probablemente la respuesta es no.

Probablemente para un jugador o deportista que nunca ha tenido contacto con un psicólogo del deporte, topárselo en la parte máxima de su carrera será algo difícil de aceptar y, aunque es grato encontrarse con deportistas profesionales sumamente receptivos, en la mayoría de los casos no sucede así y el deportista llega ya con algunos “vicios” o costumbres que son difíciles de erradicar y que pareciera que el deportista ya se ha acostumbrado a ellos e, incluso, llega a verlos normales y toma pocas medidas para corregirlos.

Es por eso que hoy en día la opción que se ha tomado en países altamente desarrollados en materia deportiva es el trabajo psicológico con deportistas desde su formación. Un ejemplo que me gustaría mencionar, sería la grata experiencia que tuve colaborando en la sección de Futbol Base del Club Atlético de Madrid, en donde se tiene un Departamento de Psicología Deportiva trabajando con ellos desde la base y preocupándose por su formación, no solamente deportiva, sino integral, brindando herramientas para que puedan solucionar no sólo los problemas que les presenta el terreno de juego, sino la vida misma. Mención especial merece el caso de los futbolistas de residencia.

Estos futbolistas son aquellos que pertenecen a otra ciudad (o incluso otro país) y se mudan a vivir a la ciudad donde se encuentran el club, a las instalaciones del mismo para dedicarse de tiempo completo, dejando familia, amigos, escuela, entre otras cosas. Es común, por lo tanto, que estos jugadores aunque posean un gran talento futbolístico tengan graves problemas de adaptación, lo cual puede influir directamente, también, en su rendimiento deportivo.

Esta es una de las situaciones en las que un Departamento de Psicología Deportiva puede ser de gran ayuda, brindando al deportista no sólo herramientas psicológicas aplicadas al campo, sino herramientas sociales aplicadas a su vida que le ayuden a desarrollarse.

Este es tan sólo un ejemplo de lo que un psicólogo del deporte puede hacer en una institución y con esto no queremos descartar el trabajo a nivel profesional, ni suponer que un deportista profesional que nunca haya tenido un contacto con un psicólogo no pueda aprender algo, sino simplemente señalar que si se trabaja con un deportista desde su formación al llegar a profesional tendrá más herramientas para enfrentarse a algunos retos y dificultades que se le presenten.

Por Ricardo Virués Macías
Master en Psicología de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Autónoma de Madrid.

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