Carlos Albert LI. Redacción ESTO México 06 de octubre de 2006. La chicanada que le hicieron a Querétaro en la FMF puede ser el primer asunto que por su perfil requiera de la intervención de la flamante “Comisión de Honor y Justicia”, ya que es un diferendo entre varios afiliados de primer orden, léase dueños de equipos.
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Por lo menos para mí, ese sí es un asunto de honor y justicia, ya que los dueños del balón decidieron actuar sin esos dos elementos, dado que en su argumentación no hubo ni lo uno ni lo otro. Cambiar las reglas del juego, o mejor dicho cambiar la interpretación de una regla cuando ha pasado la mitad del torneo, especialmente habiendo un antecedente en sentido contrario sobre el mismo tema en el torneo inmediato anterior, no es ni honorable, ni justo, más bien es algo patéticamente tendencioso. Si en la renovada FMF quieren iniciar con el pie derecho, francamente esto no se nota, ya que están actuando tal y como funcionaba la administración anterior, o sea, infumable y anárquica, parcial y desordenada. Este asunto del Querétaro es un ejemplo de abuso del poder. Ojalá que el Querétaro tengan las agallas para impedir que lo traten como afiliado de cuarta, y apele hasta las últimas consecuencias. Me encantaría ver en acción a ese “comité de honor y justicia”, tragando camote en el intento de buscar argumentos que prueben que esa decisión de la FMF tiene un mínimo sustento de justicia y honor. Asuntos como éste son los que le dieron su tinte oscuro a la administración de Alberto de la Torre, y ¡oh sorpresa!…. aquí vamos de nuevo con ese estilo parcial y acomodaticio a los más poderosos o influyentes, a los amigos, a los compadres, a los taquilleros o a los más vendedores. Lo de siempre, una ley que se acomoda según necesidades del momento… ¿necesidades de quién?
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